Congelar óvulos o emprender: lo esencial para tomar la decisión

Vanesa estaba cumpliendo 35 años cuando me lo mencionó por primera vez. Se inclinó hacia mí y me dijo en secreto »voy a congelar óvulos». Estábamos en una mesa de 20 personas celebrando el tiempo que mi querida amiga llevaba en esta Tierra, pero después de esa confesión parecía que el cumpleaños fuese un recordatorio de que el tiempo se le estaba acabando. 

Vanesa tenía una pareja, no vivían juntos, no estaban casados, ni planeaban tener hijos, pero en el círculo en el que se movían, todas tenían uno o dos retoños. Su papá, de clase alta y tradicional, colaboró con la inversión: »¿quieres nietos? te propongo un trato, vámonos 50 y 50 con el congelamiento de óvulos y te los garantizo» le dijo Vanesa a su papá, toda una negociante. El accedió, ella congeló y ahora todos están tranquilos. 

Camila tenía 32 cuando se enfrentó a la pregunta de la ginecóloga: ¿quieres congelar óvulos o quieres tener hijos ahora mismo? la primera opción era cara, además Camila no quería ser mamá »vieja», quería tener energía y vitalidad. Por eso junto a su pareja decidieron ponerse en campaña. Al mes ya estaban embarazados.

Javiera y su pareja decidieron que querían tener un bebé, pero no fue fácil. Fueron a diferentes ginecólogos, se hicieron un montón de exámenes y la situación comenzó a ponerse cuesta arriba. Durante el proceso tanto ella como él pasaron por una montaña rusa de emociones, lágrimas, arrepentimientos y rabia contra un sistema de salud que no te cuenta que si no tienes hijos hasta cierta edad puede ser que nunca los tengas.  

Tras oír estas tres historias tan cercanas, el miedo colectivo de no congelar óvulos se apoderó de mí. Este miedo no es infundado, ni soy la única que lo siente. De acuerdo a cifras entregadas por la Red Latinoamericana de Reproducción Asistida (REDLARA) entre el 2015 y el 2021 la congelación de óvulos aumentó 168% en Chile. 

Mi cumpleaños 35 se acercaba y en el insomnio me carcomían las preguntas: ¿Quiero ser mamá? ¿tengo qué ponerle una fecha? ¡qué incómodo estar en esta situación!
¿Debería hablarlo con mi pareja? ¿quiere ser papá? Tal vez quiere pero no ahora…

En ese momento me sentí obligada a tomar una decisión que no estaba en mis planes. Vi el congelamiento de óvulos como una imposición de la sociedad en lugar de verlo como una herramienta de empoderamiento de mi propio cuerpo y decisiones.

Al día siguiente en un estado de confusión y apremio le conté a mi pareja que sentía que se me acababa el tiempo para tomar una decisión que ni siquiera tenía en mente tomar. Él, tan aterrizado como siempre, me propuso un trato. Ambos iríamos a los médicos correspondientes para ver cómo estaban nuestras posibilidades de fertilidad. 

A las dos semanas él ya se había hecho los exámenes, y no solo tenía la certeza de que era fértil, sino que también, tenía la extraña información de que sus espermatozoides eran cabezones. 

Me costó un mundo tomar la cita, procrastiné por falta de ganas. No quería estar en una encrucijada y verme forzada a decidir. Soy libra y confirmo: uno de los males de mi signo es que somos indecisas.

¿Por qué las mujeres tenemos que congelar óvulos?

Llegó el día, me vestí, fui a la clínica Santa María y me atendió una ginecóloga experta en infertilidad femenina. Cuando tomé la hora y leí »infertilidad femenina» me incomodé. No sabía si era infértil, el punto de ir a la cita con ella era saber qué tan fértil era ¿por qué tenía que categorizarme a mi misma como una infértil? ¿y por qué carajos ese pensamiento me ponía de tan mal humor?

La gine fue amable. Me explicó que todas nacemos con un número definido de óvulos, que se forman cuando estamos aún en el vientre materno. Es decir que mi mamá tuvo a sus posibles nietos en su vientre. Suena bonito. 

A diferencia de los hombres, que producen esperma prácticamente al mismo ritmo durante toda su vida, nosotras vemos reducida nuestra reserva ovárica con tan solo llegar a este mundo. Cuando nacemos pasamos de tener 7 millones de óvulos a 2 millones, que en la pubertad bajan a 500 mil óvulos.  

500 mil suena como un buen número y es así. Nuestra época más fértil es entre los 20 y 30 años. Ya a los 35 la cantidad de óvulos decae hasta llegar a la menopausia, cuando se acaban por completo. 

Después de oír todo esto una cosa que me quedó clara, la decisión no era en pareja, era mía. Es mi cuerpo el que tiene el reloj biológico, soy yo la que arriesga tener hijos biológicos si no congela a tiempo. Él puede tenerlos cuando quiera, y aunque suene duro, si llegamos a separarnos, con quién quiera.

reseva ovarica
Fuente: Panama Fertility Clinic

¿A qué edad es ideal congelar óvulos?

»Mientras antes mejor, porque a medida que va pasando el tiempo la reserva ovárica va cayendo paulatinamente y la calidad de óvulos se ve afectada. Según estudios las personas que tienen menos de 32 años necesitan 6 0 7 óvulos para generar un embrión y lograr un recién nacido. En cambio las personas de 40 años necesitan 20 óvulos para poder tener un bebé», explica Lorena Pardo, ginecóloga especialista en medicina reproductiva Universidad de Chile. »A los 40 años el 60% de los embriones tiene alteraciones» agrega la especialista.

reseva ovárica
ivi.es

¿En qué consiste el procedimiento de congelar óvulos?

Congelar óvulos
Pasos para congelar óvulos

Para congelar óvulos, el primer paso es tomar una ecografía vaginal para evaluar la reserva de ovárica y medir niveles hormonales. Los óvulos-ubicados en los ovarios- se liberan con estimulación hormonal, específicamente con la hormona foliculoestimulante – que hace crecer los folículos ováricos- ; el estradiol – que es producido por los ovarios y que refleja el funcionamiento y calidad de los óvulos; y la hormona antimülleriana, que está relacionada con el número de óvulos de la mujer.

Para analizar estas hormonas te pedirán un examen de sangre, con el cual el médico podrá determinar la cantidad de medicamentos que deben darte para estimular tus ovarios.

Luego, a partir del segundo día de regla, debes inyectarte hormonas durante 10 a 12 días. En este periodo tendrá que hacerte una ecografía pélvica y exámenes de sangre cada dos o tres días. De esta manera el médico irá controlando tu respuesta a las hormonas.

Durante 8 a 14 días se inyecta un medicamento para ayudar a los óvulos a completar el proceso de maduración. 36 horas después se realiza una intervención quirúrgica bajo anestesia general. Te introducirán una aguja a través de la vagina hasta los ovarios para aspirar los óvulos. Una vez fuera, los óvulos se congelan y se almacenan a -197 grados Celsius en nitrógeno líquido.

congelar óvulos

Como todo proceso hormonal y quirúrgico, no está exento de dificultades. En total dura un mes y es posible que te sientas cansada, hinchada con dolores de cabeza, cambios de humor o incluso mareos. Y se pueden extender hasta dos semanas después de la extracción de los ovocitos.

¿Cuál es el precio de congelar óvulos?

Salí asustada de la consulta ginecológica. Supuse que mi conteo de óvulos sería bajo, y aunque aún no estaba segura de querer tener hijos, preferí pensar bien teniendo toda la información posible, así que lo primero que hice al llegar a casa fue averiguar precios.

Encontré un centro de medicina reproductiva donde cada ciclo de vitrificación de óvulos tiene un valor de $1.985.000 clp e incluye las visitas de monitoreo ecográfico, la recolección de óvulos, la criopreservación y hasta el quinto año de almacenamiento. Suena razonable, pero hay un detalle.

En el sitio web del centro, afirman que »una mujer con una reserva ovárica normal produce, en promedio, 10 óvulos viables por ciclo, lo que significa que necesitará aproximadamente dos ciclos de congelación de óvulos para producir suficientes óvulos a fin de incrementar la posibilidad de tener un hijo en el futuro». Es decir que el precio sube a $3.970.000 clp.

A esto hay que sumarle los costos en medicamentos, que serían $1.200.000 a $2.000.000 clp por ciclo. Si asumimos que los medicamentos costarán $1.200.000 clp por ciclo, nuestro total es de $6.370.000 clp. Ah, y si dejas tus óvulos en sus manos por más de 5 años, deberás pagar $300.000 clp anuales.

Esto no incluye el precio del procedimiento a realizarse si la mujer decide usar estos óvulos. Este proceso consiste en descongelar los óvulos y realizar una fecundación in vitro, es decir fecundarlos con espermatozoides en una placa de laboratorio.

Sí, tenía seis millones a mi disposición, pero estaban destinados a otro »bebé».

¿Emprender o congelar óvulos?

Un año previo a este miedo colectivo a no congelar óvulos, mi foco estaba en crear un planner con información sobre el ciclo menstrual. Conocer las fases de mi ciclo me ayudó mucho a entender mis cambios de ánimo, mis fluctuaciones de energía y mis diferencias en el apetito a lo largo del mes. Por eso decidí contarle sobre el ciclo a otras mujeres a través de una guía sobre el ciclo que viene en formato de planner sin fechas.

Ya llevaba más de seis meses trabajando full time en este proyecto, proyecto que andaba dando vueltas en mi cabeza desde 2022 o quizás antes. Investigué sobre la fisiología de la mujer; sobre los arquetipos femeninos y vi videos de personas que habían intentado sincronizar sus vidas con sus ciclos.  

Para cuando se me presentó la disyuntiva de bebé de carne y hueso o bebé emprendimiento, ya llevaba varios meses de avances y una ardua investigación. Incluso había decidido el estilo gráfico que tendría el planner. Todo azul, como el cielo nocturno, con ilustraciones de líneas finas y doradas. Simple y elegante.

El planner estaba listo, solo tenía pagar y enviarlo a la imprenta, pero estaba a días de mi cumpleaños número 35. En mi cabeza eso significaba que el 2 de octubre a las 00 mi óvulos restantes se arrugarían como pasas hasta desaparecer en mis tejidos. Significaba que nunca sería mamá. Que nunca podría enseñarle a un ser a vivir la vida como yo hubiese querido que me la enseñaran a mi. Que nunca tendría un mini clon que tuviese los rulitos de A y mi risa estruendosa. Me dio pena, pero estaba difícil que se me diera la posibilidad de emprender nuevamente.

Hacer este planner realidad era muy importante para mi. No solo porque se trataba de mi primera creación material de esta magnitud, sino porque era el medio para dar a conocer una sabiduría que me había ayudado infinitamente a hacer las paces conmigo misma y a tener una mejor calidad de vida.

Mi inevitable cumpleaños llegó, pasé a tener 35 años. Decidí invertir en mi mi emprendimiento y postergar el examen de conteo de óvulos para mi cumpleaños 36. Tuve que tomar la decisión rápido y eso fue lo que consideré más importante para ese momento.

Tal vez si hubiese tenido esta información a mis 30 años, me hubiese planificado para congelar y emprender, y así no tener que elegir entre las dos, pero no tenía cómo saberlo, porque como bien dijo la doctora Lorena Pardo, en medicina la fertilidad no se analiza desde una perspectiva preventiva, se analiza desde una perspectiva curativa:

»Cuando tú tienes que hacerte una ecografía ginecológica por equis razón, y tu recuento de folículos es bajo, nadie te dice: »36 años, fecha última regla, dos huevos en cada ovario»’. En cambio cuando ven un mioma, un pólipo, signos de adenomiosis o un endometrioma en un examen que no buscaba ninguna de las anteriores, si te avisan» relata Lorena Pardo.

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Carolina Lamatta
Carolina Lamatta

Periodista, Licenciada en Comunicación Social y Creadora de Guardiana Lunar, proyecto que busca fomentar el autoconocimiento a través de los saberes del ciclo menstrual.