»Si no me quisiste lutea, no me mereces ovulatoria». En las redes sociales abundan los memes sobre lo horrible que es la fase lútea al compararla con la fase ovulatoria, pero te voy a contar un verdad. La fase lútea no es inherentemente negativa.
La reivindicación de la fase lútea
La fase lútea es un momento del ciclo que comienza luego de que termina la ovulación y que finaliza cuando nos llega la menstruación. Esta fase puede durar de 10 a 16 días y se genera porque el cuerpo comienza a producir más hormona progesterona. La progesterona es una hormona que tiene múltiples beneficios para las personas menstruantes.
La progesterona nos protege de la inestabilidad emocional porque se convierte en un neuroesteroide llamado alopregnanolona, que calma los receptores GABA.
Fuente Lara Briden.
‘’Hay estudios que afirman que hormonas naturales del ciclo menstrual tienen efectos antidepresivos. Cuando una persona tiene momentos premenstruales de mucha irritabilidad, de mucha cefalea y de mucho malestar emocional se asocia en algunas ocasiones a niveles de progesterona bajos’’ explica Carolina Orellana, kinesióloga y educadora en métodos naturales de fertilidad.
Ahora que establecimos que la fase lútea no es la mala de la película, podemos cambiar nuestra perspectiva de ella.

Transformando la fase lútea en una herramienta
La calma que nos entrega la fase lútea nos permite conectar más profundamente con nuestro ser interior. Durante esta fase estamos más sensibles a nuestros propios deseos, lo que nos permite VER todas esas cosas que durante el resto del mes NO VEMOS porque estamos mirando hacia afuera. Y cuando vemos en la oscuridad, es posible que nos encontremos con cosas que no nos gustan. Sobre todo si no acostumbramos a visitar esta oscuridad regularmente.
Las fases previas, la folicular y la ovulatoria, son fases de extroversión, donde tanto la atención como la energía están dirigidas hacia el exterior. Estamos conectando con otras personas, presentando nuestras ideas en el trabajo y materializando los deseos que identificamos durante las fases introspectivas.
Entrar en la fase lútea es como despertar de la matrix una vez al mes, es un momento en el que vemos nuestra realidad con mayor claridad. Apagamos el piloto automático y observamos nuestro trabajo, nuestras relaciones, nuestro hogar, nuestros hábitos y los evaluamos considerando nuestras necesidades del alma. Si algún aspecto de nuestra vida no está alineada con nuestros propósitos del corazón, podemos sentir incomodidad, tristeza, frustración e incluso desesperación.
Estas emociones que generalmente son negativas e indeseadas, son necesarias. En Intensamente, Tristeza se presenta como una emoción indeseada, pero al final de la película aprendemos que tanto Felicidad como ella y las otras emociones son importantes.

Nuestro ciclo es como el ying y el yang; el invierno y el verano; el día y la noche. Necesitamos de la calma y oscuridad para que se genere energía y luz. Nuestro ciclo menstrual es igual que todos los ciclos de la naturaleza, es solo que nos hemos alejado de ella.
La fase lútea es y siempre ha sido una herramienta de autoconocimieno, un motor para seguir adelante ciclo a ciclo evolucionando en nuestras vidas. Solo tenemos que recordarlo.
Haciendo las paces con el lado oscuro
Suena fácil decir que la tristeza, la frustración y la desesperación son necesarias para crecer, pero claramente no lo es. No es fácil porque muchas veces nos quedamos pegadas en esas emociones. Rumeamos, lloramos, nos quedamos en la víctima lamiendo nuestra herida. Pero si algo nos ha enseñado el budismo y el yoga, es que a las emociones hay que dejarlas ir. Está bien sentirlas, es parte de la existencia humana, pero luego hay que practicar el desapego y soltarlas. Soltar la sensación y quedarnos con la reflexión que dejó esa emoción.
Haz esto por ti durante la fase lútea
Intenta tomarte la rutina con más calma, sobre todo los 4 días previos a tu menstruación. Haz cycle syncing durante tu fase lútea. Date más descansos, date permiso para regalonearte con algún panorama que te haga feliz, conversa con las personas a tu alrededor si te sientes abrumada. Date espacios para estar sola y tranquila si es lo que necesitas. O para estar acompañada regaloneando si es lo que prefieres. Lo importante es que prestes atención a tu sentir en esta fase.

Eso que sientes, ponlo en un papel, escríbelo en tu agenda menstrual. Lo importante es que lo sueltes, y lo guardes para que en unos días más puedas volverlo a leer o a escuchar y te hagas cargo.
La felicidad está en nuestras manos. Si ya conocemos cuáles son las cosas que no nos están nutriendo en nuestras vidas, tenemos que evaluar si queremos seguir aguantándolas, o decidir si hacemos algo para que cambien.
¡Ánimo! Transformemos nuestra realidad en una donde se respete nuestra naturaleza cíclica.
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